FARGO ** Antonio Pedro Pérez **  

Publicado por: Pandora

Dentro del cine independiente norteamericano surgieron en la década de los ochenta directores que en muchas de sus películas lograron poner de acuerdo (y es complicado e inusual el tema) a críticos y espectadores. Sus películas son admiradas por una legión de incondicionales, y no solo eso, sino que algunas están consideradas películas de culto. Me refiero a Tim Burton, a Quentin Tarantino y a Ethan y Joel Coen. Diferentes entre sí, pero con muchos nexos en común: La independencia de sus films, un sello propio, reconocible. Cuando vemos una de sus películas, reconocemos de inmediato la firma de cada uno de ellos, la música, la fotografía, el humor negro, la violencia, la mezcla de géneros como el thriller y la comedia, la repetición a lo largo de sus film del personal interpretativo... Los personajes son parte activa de sus películas, ellos componen y realizan la historia. Todos han pasados por altibajos en sus respectivas carreras, y sin embargo sus seguidores siempre están expectantes ante el último estreno de cada uno de ellos.

Hoy nos vamos a detener en dos hermanos judíos, que nacieron en la década de los cincuenta en el estado de Minnesota. Desde los años ochenta están produciendo películas y aunque en los títulos de crédito aparece Joel como director y Ethan como productor, ambos producen, dirigen y participan del montaje. Tanto es así que son conocidos como “el director bicéfalo”. De tanto tiempo en sociedad, pienso que el grado de compenetración de estos hermanos tiene que ser único. Deben de crear ideas y proyectos al unísono, sólo así se puede comprender tanta fertilidad y tanta calidad en sus productos cinematográficos.

Desde su primera película Sangre fácil, hasta la última Un hombre serio ha pasado 26 años y 14 películas, seguramente unas mejores que otras, pero ninguna ha dejado indiferentes a sus incondicionales.

Yo recuerdo de entre su filmografía con especial agrado Arizona Baby, donde Nicolas Cage y Holly Hunter se convierten en secuestradores de niños, al no poder tener descendencia propia; Muerte entre las flores, cine negro con el gran John Turturro, en su primera colaboración con ellos; El gran Lebowski, donde el oscarizado Jeff Bridges interpreta a un colgado al que llaman “El nota” y al que una desafortunada coincidencia de nombres con un millonario le acarrea más de un dolor de cabeza. De esta última no quiero pasar por alto el encuentro en la bolera de los tres amigos protagonistas con un irreconocible Turturro, ataviado con un indescriptible mono de color hortera, rematado con un acento cubano que hace un conjunto de escena totalmente inolvidable. Llegamos a Crueldad intolerable, para mí la menos Coen de sus películas y sin embargo cargada de innumerables momentos Coen: La entrada en el juicio del empleado de los lavabos o la entrevista de Masey con su jefe, un anciano avaro y cruel, con todos los años del mundo.

Pero hoy quiero detenerme en mi película Coen favorita, Fargo, film rodado en Minnesota (el estado que los vio nacer), bajo un paisaje blanco inmaculado convertido en rojo por mor de la codicia.

En Fargo los personajes van cimentando la historia, el resultado final es consecuencia de la interacción de todos y cada uno de los personajes.

La historia nos la venden como verídica, aunque en los alrededores del universo Coen se piensa que el guión no fue muy fidedigno a lo sucedido realmente.

Jerry Lundegaard es un vendedor de coches, inútil en su trabajo y en su vida, endeudado hasta las cejas, que soporta las humillaciones de su jefe y suegro Wade Gustafson, un prepotente y acaudalado hombre de negocios, propietario del concesionario de automóviles donde trabaja Jerry. A éste no se le ocurre otra cosa que contratar a dos delincuentes de poca monta para que secuestren a su esposa, con la idea de pedir un rescate. Jerry está seguro de que su suegro pondrá el dinero con tal de recuperar a su hija. Contacta con Carl Showalter y Gaear Grimsrud, que es como se llaman los criminales, en un bar de Fargo. Les promete que a cambio del secuestro les dará cuarenta mil dólares - supuesta mitad del total del rescate - y un automóvil, aunque Jerry lo que piensa pedir es un millón de dólares. Los ineptos delincuentes son dos polos opuestos: Carl es un tipo que no para de hablar, a simple vista parece que es el que lleva la manija. Pero es sólo un cobarde de poca monta y menos inteligencia. Gaear es un tipo silencioso, con una mirada fría y cruel, y un cigarrillo que siempre está en su boca. Peligroso, muy peligroso, mejor no llevarle la contraria.

Después de un torpe secuestro, dejan inconsciente a Jean, esposa de Jerry, la meten en una gran bolsa y huyen a través de las carreteras nevadas de Minnesota en un automóvil que les proporcionó Jerry. En una carretera solitaria son detenidos por un policía por un problema con la matrícula del coche. Gaear no lo duda, cuando ve peligro actúa, y de un tiro mata al policía. La escena es observada por dos jóvenes que casualmente pasaban en un vehículo en dirección contraria. Gaear no se lo piensa, sale en su persecución y mata a los jóvenes de sendos disparos.

La codicia, la sinrazón, la crueldad están presentes en cada una de las escenas, hasta que amanece y sobre el paisaje nevado aparece un personaje singular, la sheriff Marge Gunderson. que se encontraba desayunando en su casa cuando recibió la noticia. Marge va vestida de forma peculiar, usa gorro de grandes orejeras que le dan un aspecto excéntrico. Si le añadimos que Marge está embarazada y que su mano siempre sostiene un vaso de café humeante, ello nos da una imagen única. Sus subordinados le tienen respeto, ella es intuitiva e inteligente, enseguida pone en pie la historia de lo sucedido sobre la nieve.

A Jerry se le empieza a complicar todo, su suegro no le hace caso y quiere llevar el dinero del rescate personalmente. Para colmo recibe en su lugar de trabajo una visita inesperada. La Sheriff Marge ha investigado el número de bastidor del vehículo utilizado por los secuestradores y le ha llevado hasta el concesionario de Jerry. Wade acude al lugar pactado con los secuestradores con el millón de dólares. Allí se encuentra con el irreflexivo Carl, que se asusta cuando no ve a Jerry y mata a Wade. Huye con el dinero, llevándose la sorpresa de que había mucho más que el esperado. Camino al lugar donde tienen secuestrada a Jean entierra el dinero en un páramo nevado, con la idea de no repartirlo con su compinche. Cuando llega a la casa se da cuenta de que Gaear ha matado a Jean y mantiene una discusión con él. Gaear pretendía quedarse con el vehículo para él solo, la discusión entra en un clímax álgido y Gaear mata a Carl.

Mientras Marge averigua la conexión de Jerry con el secuestro y éste huye refugiándose en un motel, donde es detenido. De regreso, Marge investiga unas fincas cercanas al lugar de los hechos, y descubre a Gaear destruyendo los cuerpos de Carl y Jean en una trituradora de madera. Marge detiene a Gaear de un tiro en la pierna cuando éste pretendía huir.

La historia termina en casa de Marge. Ésta se transforma, aquí aparece la mujer enamorada de su marido. La futura madre preocupada por las cosas cotidianas, incapaz de hablar de su trabajo. Sólo resalta las distintas facetas de su marido.

Repasemos por último los datos técnicos: El guión consiguió el Oscar al mejor guión original, la banda sonora es de Carter Burwell, el piano y el violín nos sumergen en el paisaje blanco, llenando la escena de melancolía. Espléndida fotografía de Roger Deakins, los páramos nevados nos transmiten la soledad del paisaje.

William H. Macy es Jerry Lundegaard, convincente interpretación, estuvo nominado al Oscar al mejor actor de reparto, aunque no lo consiguió. Frances McDorman esposa de Joel Coen, es la sheriff Marge, sencillamente insuperable, es el alma del film. Consiguió el Oscar a la mejor actriz por esta película. Steve Buscemi y Peter Stormare son los delincuentes. Los dos recrean los polos opuestos dentro del mal. Harve Presnell da vida al prepotente suegro de Jerry. No escucha a nadie, Él sabe lo que tiene que hacer, así le fueron las cosas.

Me despido hasta el siguiente artículo con un vídeo en el que veréis el documental del director brasileño Leandro Braga titulado “Tarantino versus Hermanos Coen”. En él realiza un montaje de distintas películas de ellos, con un resultado final que a mí me ha encantado, espero que a vosotros también.



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3 comentarios

El video es acojonante, Antonio. Especialmente la parte con el "Don`t let me be misunderstood", versión Santa Esmeralda. En cuanto a "Fargo" hay una escena en particular que debería enseñarse en las escuelas de cine: Jerry vuelve del despacho de su suegro, de proponerle un negocio que éste acepta, pero tras alterar los términos del trato y ningunear a Jerry, como siempre. Éste, frustrado, baja al nevado parking a recoger su coche. Empieza a retirar el hielo del parabrisas usando una especie de espátula o rascador, primero con resignación, pero se va enfadando más y más, hasta que deja caer la herramienta al suelo, con ira. Luego, un par de segundos después, se agacha, recoge el quitahielos del suelo y continúa limpiando, silencioso y sumiso. Derrotado. No se puede definir mejor un personaje con una única escena. Eso está sólo al alcance de directores y actores que, como en este caso, están en estado de gracia. en "Fargo", como en tantas otras "Coen", todo es perfecto y terrible. Enhorabuena por el artículo.

1 de agosto de 2010, 13:01
Reyes  

Antonio, acabo de ver la película y me ha parecido impresionante. Trama, música, interpretación... me ha gustado mucho.

3 de agosto de 2010, 18:34
Anónimo  

Entre tù y Millàn vais a hacer que me repase toda la filmografìa que me hicieron disfrutar de lo lindo. Gracias Pedro Antonio.

8 de agosto de 2010, 22:41

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